¿Tiene un límite la paciencia de un maestro espiritual? Francis responde - 152

Francis Lucille

Estos son los cuatro pre-requisitos de Shankara para acceder a la vida espiritual: 1. Discriminación; 2. Renunciación; 3. Fervor (un deseo intenso de liberación), y 4. Un grupo de seis cualidades (tranquilidad mental, control de los sentidos, cesación de los sentidos, dominio de los pares de opuestos, concentración y fe). Al otro extremo del espectro (y todavía estamos al nivel fenomenológico o empírico), si encontramos a nuestro alrededor alguien que exhibe las siguientes características: mezquindad, cerrazón (lo opuesto a la magnanimidad), resentimiento, rencor, insolencia, pasión y orgullo (podríamos llamarlos los seis vicios) 1. ¿Puede una persona con esos rasgos de carácter ser todavía considerada un buscador de la verdad? 2. ¿Puede tal “persona” ser redimida? 3. ¿Hay un límite para la paciencia de un maestro espiritual?

Gracias, Alberto

Estimado Alberto,

El que reúne todos los prerrequisitos de Shankara, o es un sabio completamente establecido en la serenidad, o un gran yoghi que sólo necesita el vislumbre final de nuestra verdadera naturaleza que le conducirá a su establecimiento inmediato en la verdad. En tal buscador de la verdad la mayoría de los samskaras han sido disueltos y solo queda una fina capa que será eliminada por la gracia del Guru. Sri Atmananda relata un caso así, el caso de un yoghi que le había visitado durante su niñez y le había curado de una grave enfermedad. Mucho más tarde sus caminos se cruzaron otra vez. Esta vez Atmananda estaba establecido en la sabiduría. En un instante, los residuos de ignorancia del yoghi se evaporaron. Su mente era ya tan pura como resultado de su sadhana yóguico que su realización final fue instantánea. Una bonita forma de que Atmananda pagara su deuda, si lo miramos desde el punto de vista convencional.

Tenemos que recordar que Shankara vivió en una sociedad en la que casi todo el mundo era un yogui de algún tipo, dedicado a la sadhana según algún camino progresivo. En el momento oportuno, esos yoghis encontrarían un jnanin que pondría un punto final a su búsqueda. Hoy en día vivimos en una sociedad muy distinta, una que busca gratificación instantánea; la mayoría de nosotros ni siquiera tenemos la paciencia requerida para aprender a tocar un instrumento musical, o matemáticas, o a escribir decentemente, que es nada comparado con el dominio de nuestros samskaras. Aquí es donde entra en juego el camino directo. En este caso el umbral es mucho más bajo. El único prerrequisito es el #3, deseo intenso por la Verdad (no por la liberación, que, en esa etapa se puede entender como un éxito personal). El deseo traerá en su momento el encuentro con un sabio. La madera se junta con el fuego. El discípulo se convierte en un jivan mukta cuyo establecimiento en la paz es sólo cuestión de tiempo, entrega y cooperación con el proceso de realización iniciado mediante la gracia. La desventaja de este enfoque es que el buscador puede detenerse en el primer vislumbre de la verdad. Entonces la Vida tendrá que recordarle que el trabajo no había terminado. A menudo, el buscador se detiene, incluso antes de tener un vislumbre de la verdad liberador, creyendo que lo ha tenido. Lo que es más ridículo, este buscador puede incluso empezar a enseñar que no hay nada que hacer porque no hay un hacedor, repitiendo como un papagayo las palabras que ha oído o leído en algún sitio.

Espero que esto conteste las preguntas 1 y 2. En relación a la paciencia de un maestro espiritual, ésta viene de la profunda experiencia de que en la Eternidad hay tiempo de sobra.

Con afecto,

Francis

Traducido por Carmen Areitio

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