Pregunta 1. Estimado Sr.Lucille, un admirador de tu doctrina y método me ha dicho que niegas que haya tal cosa como un ego a ningún nivel de realidad, tanto al nivel de lo Absoluto o del Ser, o al nivel de lo relativo y contingente. Y él hace una distinción entre su existencia relativa como ser humano, que - ciertamente - tiene su realidad última en el Ser, y la del ego que, según él, no puede reclamar realidad alguna. Más aún, sostiene que el ego es un concepto psicológico completamente vacío, por decirlo de alguna manera, una quimera. Y sin embargo, cuando le pregunté qué significa tu mandato: “¡Entrégate!”, o qué es lo que, dicho de otra manera, cree él que se le pide que entregue, dice que es abandonar “el estrecho punto de vista del individuo que sufre, con todos sus deseos, miedos y luchas…” Ahora bien, acepto que esos “deseos, miedos y luchas” provienen de un punto de vista de separación, y por lo tanto falso, de la realidad. Pero ¿qué es lo que sufre (con razón o sin ella) por estas cosas, y añadiré, por los insultos, humillaciones y similares, si no la individualidad subjetiva, que es “mente” y ego? Desde el punto de vista psicológico, conceptualizamos como ego aquello que es ambicioso, etc. y sufre insultos y humillaciones. Conocemos el ego, no porque lo podemos medir, pesar o tocar, sino por sus efectos. Y donde hay efectos hay causas. Todo lo cual es desde luego irreal desde el punto de vista del Ser, pero relativamente real en el sueño homogéneo que es este mundo (desde luego, no el sueño de ningún individuo humano) en el que estamos sumergidos. Es más, todo en este mundo tiene su prototipo en el Ser. Y si el ser humano es un reflejo del Ser (con “S” mayúscula), su subjetividad o ser (con “s” minúscula), es necesariamente una reflexión distante de la subjetividad o de la Consciencia del Ser. No sólo no es el ego un concepto psicológico vacío, como este admirador de tu enfoque sostiene que es, porque no hay tal cosa como efectos sin causas, sino que tiene su fundación metafísica, como he mencionado antes, en la correspondencia entre el micro y el macrocosmo. Que, a nivel metodológico, no debiera ser acentuado es algo diferente y huelga mencionarlo. Lo que este hombre parece confundir es su “mente” con la de la Consciencia del Ser. Parece creer que conociendo cerebralmente que él es “Eso”, que por eso ya lo es. Por lo que se refiere a su ego, ni siquiera confunde su consciencia individual o ego con la subjetividad del Ser; sino que simplemente niega que haya tal cosa como un ego, ni siquiera como parte del sueño cósmico. Y así me dice: “Existo pero no como una construcción psicológica, un mero concepto, una no-entidad, que es lo que, el llamado ego, es”. Y otra vez: “He estado experimentando dolor físico últimamente, pero ningún dolor psicológico en absoluto. Cierto, si uno se identifica con, o como, una mente individual separada”. Rehúsa aceptar que el ego, o la subjetividad individual, tengan exactamente el mismo grado de realidad que su “mente”, y que las dos, mente y ego, sean dimensiones de la misma consciencia relativizada, porque afirma: el Advaita Vedanta así lo dicta. Para probarlo, me envió por correo electrónico, entre otras cosas, lo siguiente: “Queremos ser Dios, decir a Dios qué hacer y cómo hacer el universo perfecto. Nos gustaría que no hubiera mosquitos, ni muerte, gripe, cáncer, otoño, estaciones o bichos. Queremos todo en el lugar perfecto. Al pensar de esta manera estamos olvidando la perfección que es evidente en cada momento. Vivimos en el pasado, en el futuro, en el pensar. El ahora está siempre libre de sufrimiento, de problemas y de separación. Está siempre libre del ego. En el ahora no hay ego. El ego no puede vivir en el ahora”. “¡Si creemos que hay un problema con el mundo, tenemos un problema! No somos el problema, somos la libertad. El mundo surge de acuerdo con nuestro punto de vista. Es por esta razón que mantener nuestra mente en el problema solo lo perpetúa. Tienes que des-hipnotizarte del problema, que es el objeto, y volverte hacia el Ser. El Ser resolverá el problema de la forma apropiada. Entrégate al Ser”. Francis Lucille, acepto de todo corazón lo anterior como verdadero y como forma de llevar la consciencia individual de fuera adentro, y si “no hay ego en el ahora”, es precisamente porque el ego se ha entregado al ahora, y al hacerlo así ha sido absorbido en su raíz transcendente. Pero esto requiere abandonarse, y no como este hombre piensa: imaginar, en su “mente”, que no tiene un ego. De momento esto es todo lo que tengo que comentar. Esperando tu respuesta. Sinceramente, William
Pregunta 2: Entiendo que todos los caminos espirituales tienen esto en común, y por este orden: Purgación, Iluminación, Unión. En otras palabras, no hay iluminación sin purgación previa. En la introducción a tu Camino dices: “Ramana Maharshi usó su método de investigación del yo con los discípulos menos avanzados. El estudiante que practica la investigación del yo mantiene su atención enfocada en la raíz de los pensamientos y sentimientos-yo, cuando surgen”. Y éste, entiendo, es también el método que usas. Ahora bien, tú estás enseñando en el occidente a discípulos de cultura occidental. No hay duda de que estás familiarizado, por lo tanto, con el concepto occidental del ‘ego’. En tal caso, ¿admitirías que los “pensamientos y sentimientos-yo” del método de investigación del yo de Ramana Maharshi, son en muchos casos expresiones del “ego”, y como tales requieren purgación? ¿Se puede negar cualquier tipo de existencia al ego humano? Después de todo, la subjetividad individual, su ser o “yo” es, y necesariamente no puede ser otra cosa, una reflexión, o una gota en el océano de la Subjetividad suprema, el Ser o el único “Yo” que, en última instancia, es. Dado que estás interesado en la investigación, con “pensamientos y sentimientos-yo” al inicio del Camino, obviamente atribuyes algún tipo de realidad a este mundo incluyendo el “ego” humano, tanto si conceptualizas este último como lo hacen los occidentales o no. Dime entonces, con toda claridad, e independiente de lo que puede ser o no ser fructífero en tu método: “¿Es el ego, desde tu punto de vista, un concepto totalmente vacío, que no tiene ninguna realidad en absoluto, y por lo tanto no tiene ningún papel que jugar en las etapas iniciales de tu Camino? Esperando tu respuesta, William
Estimado William,
Vamos a empezar desde cero, olvidando todo lo que tú y yo sabemos sobre el camino espiritual, para crear un espacio libre en el que pueda florecer un entendimiento mutuo. La falta de entendimiento es muchas veces es el resultado de atribuir significados diferentes a las palabras usadas para comunicarnos. Encuentro que el uso de la palabra ego es confuso, porque puede tener varios significados:
Consciencia, aquello, sea lo que sea, que realmente está percibiendo estas palabras ahora mismo.
Las memorias personales, habilidades, cualidades, patrones de conducta que parecen ser apropiados a, y emanar de, un cuerpo humano específico. Este es el único significado que usaré en esta respuesta.
La causa del sufrimiento psicológico, lo que llamo “ignorancia”. Ignorancia es la identificación de la consciencia, definida como en 1., con el cuerpo y el ego definidos en 2. Un “camino” es una vía que conduce a la desaparición de la ignorancia.
Tú preguntaste:
“¿Es el ego, desde tu punto de vista, un concepto completamente vacío, que no tiene ninguna realidad en absoluto, y por lo tanto no tiene ningún papel que jugar en las etapas iniciales de tu camino?”
La respuesta a tu pregunta varía dependiendo de qué significado, 1, 2, o 3, atribuyamos a la palabra “ego”.
Significado 1: la consciencia no es un concepto vacío, es nuestra absoluta realidad y la del mundo, y es el único agente real en todas las etapas del camino.
Significado 2: el ego no es un concepto vacío, y juega un papel en la etapa inicial del camino, como herramienta creada y usada por la realidad absoluta.
Significado 3: La ignorancia es una creencia que está totalmente desprovista de cualquier evidencia que la sostenga. El único papel que juega en el camino es quitarse de en medio.
Afectuosamente,
Francis
Traducido por Carmen Areitio
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