Estimado William,
Creo que ahora estamos de acuerdo en las respuestas a tus cinco preguntas, lo que de hecho implicaría un acuerdo en una gran variedad de temas relacionados. Me preguntaba si habría un área en la que tu experiencia o comprensión y la mía diferirían, y me acordé de algo que dijiste: “Hablaba de una consciencia individual y la asemejaba a una gota en el océano; siendo la segunda la Consciencia como tal (dos “significados”).”
Para aclarar mi incertidumbre, podrías por favor contestar la siguiente pregunta: Según tu experiencia y comprensión, ¿es la consciencia que realmente percibe estas palabras la consciencia individual, o es la Consciencia como tal?
Afectuosamente, Francis
Estimado Sr. Lucille,
Para explicar lo que quería decir, lo primero: la consciencia individual del hombre se parece a una gota del océano. Aquí el océano simboliza, por su inmensidad y absoluta inexhaustibilidad, la infinita Consciencia del Ser. Por otra parte, las gotas simbolizan tanto la identidad de sustancia con ella, como la separación de forma de ella. Ambas, la Consciencia como tal y sus modalidades individuales, al ser totales, son por ese hecho subjetivas. Porque el Ser se conoce a Sí mismo y también lo hace el hombre.
Tenemos entonces dos subjetividades, y por lo tanto dos egos, ambos transcendentes, porque ni la gota pertenece realmente al hombre individual existencializado, sino que constituye su divino centro, su “hombre interior”, el testigo interior transcendente de todos sus pensamientos, intenciones y acciones. Y como además, es el punto final del rayo del Espíritu que se manifiesta, el hombre está, como el feto por el cordón umbilical, conectado a lo Último. Sólo lo que yo llamé el ego empírico, una modalidad manifestada y por lo tanto exteriorizado de este último, pertenece propiamente al hombre terrestre y así también el producto del ego empírico, el ego pasional de ignorancia. En resumen, tenemos aquí cuatro egos. Los dos últimos ‘son’ y ‘no son’, es decir, tienen sólo una existencia relativa.
Lo siguiente: “…¿es la consciencia que realmente percibe estas palabras la consciencia individual, o es la Consciencia como tal?” Respuesta: Al final lo que percibe estas palabras no puede ser otra que la Consciencia como tal, el océano en mi analogía anterior, porque en última instancia es lo único que es y todo lo que es. Pero como el océano y sus salpicaduras o gotas son idénticas en sustancia, y de hecho conectadas, la Consciencia como tal percibe el mundo tanto desde “fuera”, por decirlo de alguna manera, como desde dentro, a través de sus consciencias que se despliegan en las criaturas.
Mis mejores deseos, William
Estimado William,
Me alegró tu respuesta, que está de acuerdo con mi experiencia de que la parte subjetiva o de percibir de nuestra aparentemente limitada consciencia ordinaria, es ya de hecho el Esplendor divino, el Amor eterno, y la Inteligencia infinita, un puente entre lo finito y lo Infinito, un rayo entre el hombre y el Espíritu. Aunque la mayoría de mis métodos y formulaciones de la enseñanza provienen de la tradición de mi Maestro, Advaita Vedanta, disfruto inmensamente de las expresiones de la misma Verdad que tienen su origen en otras tradiciones y seres auténticos, tales como el Sufismo y Rumi, cuyos poemas siempre hacen cantar a mi corazón. En el momento que estamos de acuerdo en lo que es esencial, las otras divergencias son sólo puntos de vista complementarios o diferencias semánticas (me confieso culpable del mal uso de la lengua inglesa que todavía es extranjera para mí). Estas divergencias se pueden reconciliar siempre a la luz de Aquello que es esencial.
Afectuosamente,
Francis
Traducido por Carmen Areitio
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