Sobre dudas y creencias - Francis responde - 238

Francis Lucille

Estimado Francis, soy consciente de que esta pregunta sigue muy de cerca a la última que hice. Debo hacer una breve introducción. Es sobre la duda, específicamente sobre la duda después de haber visto la Verdad con toda claridad. Tras muchas experiencias menores, la Verdad se reveló como mi verdadera identidad más allá de toda duda y permaneció ahí sin esfuerzo, cercana y real. Este estado inquebrantable persistió durante seis días, hasta que me puse físicamente muy enfermo. Entonces cedió y desapareció. Me he recuperado totalmente, pero la solidez que yo pensaba era definitiva ha desaparecido. La sensación de algo final, de seguridad, desapareció. Las dudas sobre mi papel como hacedor y decisor han retornado. Pienso en las dudas de Jesús al final del evangelios en relación a si el hecho de que tuviera que morir era la voluntad del Ser, del Padre. De acuerdo con la narración, después de orar, él parece aceptar su destino. Lo que me toca es que Jesús parece muy humano, con dudas, aunque claramente capaz de resolverlas. También he leído que muchos maestros Zen dicen que la verdadera dificultad consiste en mantener nuestra práctica de forma duradera, tanto pre como post-iluminación. Que exista un estado duradero final de realización del Ser libre de dudas parece no tener nada que ver. Se que enseñas que la iluminación conduce eventualmente a la estabilización en la realización del ser, que asumo es inquebrantable. Mi pregunta es: ¿conlleva este estado alguna práctica para ser mantenido, o para volver a el si es aparentemente perdido, y es mediante esa práctica que los sabios permanecen libres de duda? (se que nunca puede ser verdaderamente perdido dado que es la verdad de lo que somos.) Siento que mientras exista un cuerpo humano, inevitablemente ciertos samskaras saldrán a la superficie, quizás más frecuentemente dudas. De hecho, encuentro que todavía tengo algunos hábitos mentales recurrentes que provienen de la ignorancia, aunque he visto que son, en última instancia, falsos. Estos hábitos incluyen dudas sobre mi verdadera identidad. Por supuesto, unas veces parecen más convincentes que otras. ¿Es el estado final un camino sin fin o un sentido de Verdad perfectamente sólido, o ambos simultáneamente? Y ¿está libre de dudas? Gracias por tus palabras de sabiduría y Verdad. Bendiciones, Jay

Estimado Jay,

Una duda existe solo en referencia a una creencia, duda y creencia son como las dos caras de una misma moneda. ¿Para que sirve una creencia? ¿Podemos vivir sin creencias? Si vivimos nuestra vida desde la creencia de ser una consciencia separada y limitada experimentamos sufrimiento. Si la vivimos desde la creencia de que somos la conciencia universal, todavía experimentaremos duda, que es también una forma de sufrimiento, dado que la posibilidad de ser separado no ha sido eliminada.

Tenemos que ver claramente que la mente por si misma no tiene acceso a la Verdad, y por esa razón, no puede alcanzar la certeza. La certeza no puede existir como un concepto, solamente como una experiencia de la Verdad que reside más allá de la mente. Pensamos: “Si al menos pudiera tener certeza, entonces eso sería el fin de mi sufrimiento”; buscas la Verdad en el ámbito de los conceptos y acabas apegado a una creencia que no produce la felicidad que buscamos. Una mente feliz no es una mente con creencias y dudas, sino una mente silenciosa y libre.

Volvamos a la pregunta que nos hicimos antes: ¿Podemos vivir sin creencias?

Vivir sin creencias no significa vivir sin pensamientos ni conceptos. Significa simplemente no estar apegado a ellos. Más concretamente y en relación a la principal duda filosófica a la que aludiste en tu pregunta: ¿Podemos vivir sin tapar con una respuesta ya preparada “si” o “no” la pregunta: “¿es nuestra consciencia, eso que está percibiendo estas palabras justo ahora, limitada, condicionada, separada?”? ¿Podemos vivir sin saber?

La revelación de la verdad requiere la humildad de no saber. Esto es cierto en la Ciencia, y también en la Sabiduría, que es la ciencia de la felicidad. Cuando realmente no conocemos la respuesta, estamos abiertos a todas las posibilidades, y en esta humildad y honestidad, la verdad del momento, que es todo lo que la limitada mente humana necesita y puede recibir se ofrecerá a si misma, como una intuición mental o como un acontecimiento aparentemente fortuito en el mundo. La compresión inundará la mente de claridad y silencio, y el corazón de alegría y paz.

En el desconocer las cosas, está el conocer a Dios.

Con afecto,

Francis

Traducido por Pedro Brañas

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